Este primer mes ha sido
desastroso en cuanto a la recogida de datos. Nuestra RED TIEMBLA sufrió los
efectos de una lluvia intensa que afectó a cuatro de nuestras seis estaciones
fijas; dos de ellas han quedado inutilizables y dos perdieron los datos a
partir del 10 de enero. Por otra parte la estación de Cartagena presenta datos
hasta el 24 de enero, aunque esperamos recoger el resto de las mediciones en
los próximos días.
Aunque aparentemente este inicio
puede parecer desalentador, no hemos de perder de vista que somos novatos en
esta tarea de utilizar aparatos de precisión situados a la intemperie, por lo
que era de esperar que sufriéramos alguna contrariedad (y que con toda
seguridad no sea la última ni la más demoledora).
Debemos considerar estos
primeros datos como preliminares, y ser conscientes que hasta que no pasen
al menos seis meses, no podremos elaborar conclusiones concluyentes. Una vez
dicho esto, y teniéndolo en todo momento presente, vamos a ir despejando
algunas incógnitas que nos planteábamos hace unos pocos meses, cuando nuestra
RED sólo disponía de una estación fija y otra móvil. Para ello vamos a ir
analizando los datos obtenidos por las estaciones mediante las graficas que
hemos confeccionado, y que seguidamente os vamos a ir mostrando.
Tenemos datos únicamente de 12
días. Hemos desechado los datos del día 28 de diciembre por ser incompletos y
los del día 10 por no ser fiables en la mayor parte de las estaciones.
Como podéis observar la estación
que presenta menos radiación es la de Lorca. Dicha estación se encuentra
ubicada en el sótano de un edificio, por lo que el hormigón debe atenuar la
radiación circundante. Esta estación se encuentra a treinta metros de donde
detectamos las emisiones radiactivas en el subsuelo, en un aparcamiento al aire
libre.
La estación que presenta más
radiactividad es la de Cartagena. La ubicación actual de la estación es
distinta a la que presentaba cuando se recopilaron estos registros. Cuando
recojamos de nuevo registros de la misma, veremos si hay cambios apreciables, y
si es posible que se deban a una ubicación distinta.
Las dos restantes estaciones
presenta valores muy similares, y variaciones puntuales elevadas al alza nos sugieren
pensar que se trata de anomalías, como la que parece haber el día 29 de
diciembre.
La función “R. Medios 4 E.” muestra la
media de las cuatro estaciones.
Esta gráfica os la mostraremos
mes tras mes, aunque ya os comentamos que íbamos a tomar intervalos de tiempo distintos, para
seguir el calendario lunar, menos antropométrico.
La siguiente gráfica nos muestra
los registros de cada estación y la media de las cuatro estaciones cada cinco
minutos para todas ellas. Esta gráfica es más precisa que la anterior, y en
ella se podrán apreciar mejor las anomalías:
Si variamos la escala y observamos
con más detalle únicamente los valores
medios de los registros de las cuatro estaciones obtenemos la siguiente
gráfica:
En esta gráfica ya observamos una
serie de periodos de tiempo en los que son previsibles más frecuentes anomalías.
Así observamos una serie de picos especialmente en los registros 66, 69, 73 y
195; los tres primeros entre las 5:30 y las 6:05 hora GMT, y el último, de
mayor frecuencia, se aprecia a las 15:00 hora GMT.
Estas anomalías no las hemos detectado
en estos 12 días con el medidor móvil, pero se corresponden con las horas en
las que suelo pasar por las distintas estaciones, lo que nos sugiere que el
motivo de haber detectado estas anomalías es que existe una gran probabilidad
de que sucedan anomalías en esos periodos de tiempo (martes y jueves voy a
trabajar una hora más tarde).
No detectar todas las anomalías
no es extraño, ya que la duración de las anomalías es muy breve, y no paso
todos los días a la misma hora, ni las anomalías se suceden tampoco a la misma
hora.
Si realizamos una gráfica
distribuyendo los registros a modo de un reloj de veinticuatro horas, y
señalamos las zonas de posible detección con la estación móvil, obtendremos la
siguiente gráfica:
En esta gráfica vemos que las
anomalías deben sucederse a lo largo de todas las horas del día, especialmente
en la zona de Cartagena. Si cambiamos de escala, el aspecto es muy diferente:
Sin embargo, hay que reconocer
que este aspecto puede llevarnos a engaño, y que la gráfica anterior se ajusta
más a la realidad, aunque hay picos en las estaciones con menor radiactividad
que superan a la de Cartagena, lo cual probablemente indique lecturas anómalas
en esas estaciones. En fin.. utilizaremos esta escala más exagerada para apreciar
mejor las lecturas anómalas y poder comparar lecturas y estaciones en distintos
tiempos.
Por ejemplo, podéis observar que en el periodo
de regreso a Cartagena hay un pico en la estación de Totana, coincidiendo con
lo observado estos últimos meses con la estación móvil.
Si retiramos los registros de
todas las estaciones excepto la de Alhama y los registros medios de las 4
estaciones, podemos estudiar qué ha sucedido en la estación en este periodo de
tiempo:
¿Por qué durante otros meses
hemos detectado lecturas anómalas en esta estación y en estas semanas no se
detectan anomalías? Probablemente es un periodo menos activo, y tal vez en el
futuro, si volvemos a detectar anomalías, aumenten los valores elevados en los
registros. Es una conjetura lógica, que habrá que por supuesto que comprobar.
Habrá periodos en los que sea
interesante analizar qué ha sucedido en cada estación en un día concreto, o
compararlas entre sí.
Por ejemplo, podemos ver los
registros del día 29 de diciembre:
Como podéis ver la estación de
Totana muestra una radiactividad mayor en términos generales, tomando ambas
cierto aspecto concéntrico en determinadas horas como en aquellas en las que
solemos inspeccionar con la estación móvil, pero esto deberemos comprobarlo en
los próximos meses, y a su vez observar cuando se producen variaciones entre
ambas (o entre otras).
Parece que el “pequeño” desastre
de este primer nos ha venido bien. Muchas veces un contratiempo puede permitir
un paso más firme que el que se da en llano.
La dificultad que me supone todos
los días ir a Lorca a trabajar se ha convertido en el intervalo del día en el
que echo a volar mi espíritu aventurero, en el que cada día aprendo algo nuevo
y se abren nuevos horizontes inesperados, como el poder compartir con vosotros
estas reflexiones.
La lluvia se ha convertido en un
temible enemigo que puede echar por tierra nuestro proyecto, pero también ha
permitido que planifiquemos mejor los comienzos de nuestra RED TIEMBLA, no
precipitándonos en nuestras conclusiones. Sólo es de esperar que no volvamos a
tener los desagradables efectos de la lluvia, y que un inesperado accidente trunque
drásticamente todo, pero esto no está en nuestra mano, pues sólo Dios es dueño
del futuro.
Todavía nos falta incluir los
efectos del viento, la humedad, la temperatura, el ciclo lunar y las mareas…y
quien sabe qué más.
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